martes, 23 de octubre de 2012

Detalles que me hacen inseguro

La vida, y el deseo de estar con ella va, viene, y nunca hace presencia los domingos.
La vida, la batalla entre cómo debo habitarla y los sueños nublados por la ambición impregna en las calles de cualquier ciudad.
La vida, la responsabilidad que creo tener hacia el mundo, y yo, lo único que debería importarme.
La vida y el amor que no sé a quien compartir, o cómo detener el tiempo en un beso o una noche.
La vida, el deseo de una comunidad de rayos solares en medio de un bosque, la luna y su esfuerzo por no ser opacada en las noches.
La vida, el tímido calor que siento en el pecho cuando canto, el cosquilleo en los dedos cuando escribo, las ganas de llorar al cantar lo que escribo.
La vida y yo y cada instante tras otro como en un eterno film.
La vida, el miedo a perder la cordura entre los escombros sangrantes y los maníacos que marchan a responder como esclavos, la condena de consumir y destruir, la condena de ver mi tierra medio muerta morir.
La vida y la opción de estar o no en ella, la vida y ese morbo de seguir solo para ver que pasa luego.
La vida y ese estúpido corazón azotándose en su cárcel de hueso, y sus compañeros torturados por ese humo que da vida.
Esta vida y la marihuana, que sin ella no es tan viva.
Esta vida de la que no encuentro razones pero si motivos, y aunque algunos muy banales, me mantienen vivo.
Escrito por Simón Ricaurte Restrepo

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